miércoles, 3 de noviembre de 2010

EL KARMA



KARMA: Ley de causa y efecto
"Como los vicios y las virtudes de un ayer nos llevan a las penas y a las alegrías del hoy¿. Si en ocasiones desconocemos su causa por olvido o falta de conocimiento, debemos siempre recordar que seguramente no pasarán desapercibidos sus efectos.

Por lo tanto, comencemos por aceptar nuestra responsabilidad en cada situación, aunque aparentemente nos parezca injusta. Aceptar y entender nuestra responsabilidad o culpa nos ayuda a darle una perspectiva positiva a nuestra vida y es el primer paso importante para equilibrar nuestro karma.

De cada acto - debes hacer un acto +

En el futuro, propongámonos que por cada acto negativo que provenga de nuestra parte, efectuaremos un acto positivo con el fin de equilibrar nuestra balanza.

Sin perdón no se puede vivir
El segundo paso, en consecuencia, es perdonar. No lo dudes más; debemos perdonar por una simple y sencilla razón; tienes que perdonar para que a tu turno tu puedas ser perdonado.

Compensar lo malo con lo bueno
El tercer y ultimo paso es compensar; Cambiando el menos por el más. Tenlo siempre presente, el paso definitivo es sembrar hoy en nuestra vida concientes de que esta siembra será nuestra cosecha en el mañana. "Solo recogemos lo que sembramos."

KARMA; Es nuestro deber equilibrarlo.

El tribunal de la justicia divina, encargado de administrar el karma y el dharma a la humanidad, e indicarnos a través de los mensajeros divinos, la línea de conducta que debemos observar para equilibrar nuestra balanza interior, así como los requisitos que debemos cumplir para alcanzar la realización o perfección, que es la razón fundamental por la cual nos encontramos en el planeta tierra. Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que sembramos en nuestras vidas anteriores y a la vez estamos sembrando lo que recogeremos en la próxima.

Nunca comprendemos esto, y es así como la humanidad, no podrá escapar de esta cadena de consecuencias, ya que casi nunca sabemos el por qué de nuestros sufrimientos. Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger. Esta es la ley del karma.

La Ley del Karma es aquella ley que ajusta sabia e inteligentemente el efecto a su causa. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias.

No debemos olvidar los proverbios Cristianos: "el que siembra rayos, cosecha tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a hierro muere".

La Ley del Karma gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable. Esta se conoce en las religiones como "justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo.

En la Gnosis, la simbolizamos con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto.

La Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será recompensado. Dios nos dió libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina.

Cuando uno viene a este mundo trae su propio destino y por eso unos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia. Si en nuestra existencia herimos, ahora nos hieren; si matamos, ahora nos matan; si robamos, ahora nos roban y así, "con la vara que medimos ahora nos miden y con ventaja".

Cada persona está inscrita en el libro del karma que se encuentra en el Palacio de la Justicia Divina. Este palacio está en la 5° dimensión de la naturaleza, está dirigido por el maestro anubis y los 42 Jueces de la ley. Es posible comprobar esto que estamos afirmando, para hacerlo la persona deberá aprender a salir en cuerpo astral conscientemente.

Comprender íntegramente la Ley del Karma es indispensable para orientar el navío de nuestra existencia en una forma positiva y edificante.

EL karma es una ley de compensación y no de venganza. El Karma es una medicina que se nos aplica para nuestro propio bien; desgraciadamente, la gente en vez de inclinarse reverente ante el eterno Dios viviente, protestan y/o blasfeman, se justifican a sí mismos, se disculpan y se lavan las manos como Pilatos (Biblia Cristiana).

Cuando protestamos no se nos modifica el KARMA si no que se vuelve mas duro y más severo. Reclamamos fidelidad al cónyuge cuando hemos sido adúlteros en esta o en vidas anteriores. Pedimos amor cuando hemos sido despiadados o crueles; solicitamos comprensión cuando nunca hemos dado comprensión a nadie. Anhelamos dichas inmensas cuando hemos sido el origen de muchas desgracias. Hubiéramos querido nacer en un lugar hermoso y con muchas comodidades, cuando en vidas anteriores no supimos brindar un hogar. Queremos que nuestros hijos nos obedezcan, cuando jamás supimos obedecer a nuestros padres. Nos molesta terriblemente que nos calumnien, cuando siempre hemos sido calumniadores y hemos llenado de dolor al mundo. Es decir, reclamos lo que no hemos dado...

Es posible que en vidas anteriores hayamos sido malvados y crueles, por eso merecemos lo peor, pero suponemos que se nos debe dar lo mejor.

Cuando la Ley Cósmica le va a cobrar a alguna persona un karma, primero la somete a un juicio interno. Si tiene dharma, es decir, si ha hecho buenas obras, no sufre ningún padecimiento, pero si no tiene capital cósmico, paga con dolor.

Generalmente, cuando la Ley nos cobra, siempre pensamos que somos inocentes, que no debemos nada. Hay alguien incluso que blasfema contra la justica calificándola de "injusticia". Pero siempre debemos recordar que la Ley a nadie da lo que no se merece. A cada quien le da según sus obras

Hay algunos que nacen en colchón de plumas con todas las comodidades para prepararse intelectualmente y llevan estilos de vida, para muchos envidiables; otros no tienen la misma suerte, pero tampoco sufren en lo económico. Sin embargo, hay otros que sufren espantosamente y deben mendigar para subsistir.
Hay millonarios que padecen enfermedades incurables y no pueden comer lo que les provoca, por una úlcera u otra dolencia. Hay muchos pobres que tienen una salud formidable.
La Ley cobra a cada quien según sus faltas.

A la Justicia Cósmica podemos compararla con un gran banco.
Aquí en el plano físico, si nosotros tenemos una cuenta bancaria y consignamos constantemente (este es el equivalente a hacer buenas obras), nuestro saldo aumentará. Si giramos un cheque (es el equivalente a pagar o ganar un karma), es lógico que lo pagarán.
Si retiramos mayor dinero cada día (violando las leyes de Dios), nuestra cuenta disminuye hasta quedar en rojo; en ese momento empezamos a padecer, a pagar con dolor el dolor que hemos causado.

Si tenemos acciones malas o Karmas, significa que hemos gastado nuestro capital cósmico, si consignamos, o sea, hacemos buenas obras con nuestros semejantes, ganamos DARMA y salimos bien en nuestros negocios ante el Tribunal Cósmico. El resultado es felicidad, salud y éxito en nuestras vidas.

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